lunes, 14 de septiembre de 2009

GIGANTE!

Foto: AP
Vibrante, emotivo, histórico. Todos esos adjetivos resumen lo que significó la final del US Open, en la que Juan Martín del Potro, con parciales de 3-6, 7-6, 4-6, 7-6 y 6-2, venció al suizo Roger Federer y se consagró campeón del último Grand Slam del año.

Cuando Federer desvió el último remate del partido, el tandilense se tiró al piso con las manos en la cabeza, tratando de caer en la cuenta de la hazaña que acababa de lograr. No solo porque obtuvo su primer Grand Slam con tan solo 20 años, sino porque venció a su ídolo, el Nº1 del mundo y quizás el mejor tenista de la historia. Rompió en un llanto, tratando de guardar en su retina el momento más importante de su corta carera profesional y desahogarse de las cuatro horas de tensión, que mantuvieron en vilo a todo el país.
La tarde había comenzado complicada en Nueva York. En el primer set Federer arrancó muy sólido y logró ponerse 3-0, quebrando el segundo game. Del Potro mostró algo de recuperación, pero no le alcanzó y cerró 6-3 en favor del suizo.
En el segundo set, otra vez Federer quebró el saque del argentino y se puso 2-0 arriba, pero no pudo mantener la diferencia y Del Potro, con solidez y confianza logró llegar al tie-break e imponerse por 7-6.
El tercer set parecía favorable al tandilense, pero varios errores consecutivos le permitieron a Federer ganar el parcial por 6-4.
El cuarto fue parejo. Del Potro jugaba bien y llevaba la delantera, pero Federer se mantenía concentrado y logró igualar 5-5. La ilusión del argentino parecía desvanecerse, pero con gran solvencia se impuso nuevamente en el tie-break.
En el sexto fue una aplanadora. Quebró el segundo game y se puso 3-0 arriba, algo que le dio respaldo para consolidarse y cerrar el encuentro con un 6-2, para quedarse con el título y subir un peldaño más hacia la cima del tenis mundial.

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