viernes, 28 de mayo de 2010

¡GANÓ EL PUEBLO!


Sin dudas la maratónica fiesta del Bicentenario ya se ha convertido en la mayor celebración popular de la historia argentina. Los más optimistas soñamos con que dentro de algunos años, cuando se la contemple con la serenidad del tiempo transcurrido, que logre quitarnos la modorra de la resaca festiva, podamos ver un punto de inflexión en la vida social argentina. Es que hacía mucho tiempo que nuestro país se debía una movilización masiva, con aires de festejo, paz y alegría como los que se vivieron durante todo el fin de semana. Pero no todo fue color de rosas en el Bicentenario, y como no podía ser de otra manera no faltaron los cotidianos cruces entre el Gobierno Nacional y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Todo había comenzado con la negativa de la Presidente de asistir a la reapertura del Teatro Colón, llevada a cabo por el Gobierno de la Ciudad, alegando que se sintió agraviada por los dichos de Mauricio Macri sobre su procesamiento en el marco de la causa por las escuchas ilegales. Por otra parte, Cristina Fernández le había pedido al Gobierno de la Ciudad una determinada cantidad de invitaciones que los organizadores no estaban dispuestos a entregar, y no quiso ir a “jugar de visitante”, sabiendo a lo que se exponía. Por supuesto que no faltaron los entredichos con la oposición por el supuesto rédito político que el Gobierno Nacional quiere obtener a costa de los festejos. En este sentido fue el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el portavoz que se encargó de desestimar las acusaciones, argumentando que los millones de personas que concurrieron a Plaza de Mayo y al Obelisco no fueron llevadas por nadie y que en ningún momento el Gobierno se atribuyó la celebración, sino que por el contrario, siempre se habló de “la fiesta del Pueblo”. Chicanas y acusaciones aparte, si algo quedó claro es el país que pretenden y conciben unos y el país que ven y proyectan otros. La “elitista” reapertura del Teatro Colón, con invitados como Mirtha Legrand, Susana Giménez y Ricardo Fort, entre otros, frivolizó un magnífico espectáculo desde lo artístico y cultural, que se encontraba en la antípoda de lo que se suponía que debía ser una conmemoración como la que se estaba llevando a cabo. La contracara se encontraba a escasas tres cuadras de allí, con cientos de miles de personas viviendo una fiesta pensada para la gente, que así lo entendió, porque desde el viernes 21 hasta el martes 25, día en que culminaron los festejos, se congregaron en total más de cuatro millones de personas que se manifestaron libremente, con un sentido de pertenencia pocas veces visto en nuestro país. El tiempo dirá quien ganó y quien perdió en la arena política. A simple vista, si alguien resultó beneficiado fue el Kirchnerismo, pero no por la utilización de la imagen que haya podido obtener de la celebración, sino porque el Pueblo dejó en claro que el país que pretende es el de la inclusión, el del trabajo, el de la solidaridad e igualdad. Lejos de la contienda política, todos los argentinos tenemos el profundo deseo de que con el correr de los años podamos decir que en esta fiesta ¡ganó el pueblo!

sábado, 15 de mayo de 2010

LE PINCHARON LA BURBUJA

Menos de dos años y medio le bastaron a Mauricio Macri para demostrar su incapacidad como Jefe de Gobierno, y si algo le faltaba al cúmulo de reproches que viene cosechando desde que asumió su cargo en diciembre de 2007, era que Norberto Oyarbide lo procesara por asociación ilícita en la causa que investiga las escuchas ilegales realizadas por miembros del gobierno porteño. El juez federal dictaminó que Macri fue partícipe del espionaje realizado por Ciro James, un infiltrado que el año pasado había ingresado como empleado del Ministerio de Educación de la ciudad, con la complicidad del ex Jefe de la Policía Metropolitana, Jorge Palacios, y del ex ministro de Educación, Mariano Nardowski, quien también fue procesado por encubrimiento.
Esta causa fue la gota que rebalsó el vaso y dejó en evidencia un gobierno que se ha ganado la tapa de los diarios en varias oportunidades, y no precisamente por llevar a cabo una brillante gestión. Mauricio Macri se encuentra en el podio de los políticos más cuestionados de los últimos tiempos, y aunque él se empeñe en deslindar su responsabilidad ante cada escándalo, acusando al Gobierno Nacional por supuestas operaciones en su contra, lo cierto es que cada problema en el que incurre es producto de su propia ineptitud. La controvertida designación de Palacios al frente de la Policía Metropolitana fue sostenida por Macri, argumentando que se trataba del “mejor policía de los últimos veinte años”. ¿Acaso no sabía que Palacios estaba acusado de encubrimiento en el caso AMIA? No menos polémica fue la elección del fascista Abel Posse como ministro de Educación, quien finalmente fue separado de su cargo ante el cuestionamiento y la presión social. De esta manera podríamos llenar páginas hablando de las bochornosas medidas del Gobierno de la Ciudad en diferentes aspectos, como la implementación de la UCEP, un violento grupo de tareas encargado de desalojar de las calles a indigentes que no tienen donde vivir, o el recorte al presupuesto de la educación pública para aumentar el de las escuelas privadas, etcétera.
Pero volviendo a la película de James Bond, tanto Mauricio Macri, como el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, han desfilado por todos los medios de comunicación declarando su inocencia, pero cada día dan una versión diferente y los argumentos expuestos por ambos son a menudo contradictorios. Más de una vez el Jefe de Gobierno negó conocer a Ciro James, algo realmente llamativo, ya que el espía en cuestión se desempeñaba como policía en Boca Juniors en la época en que él era presidente del Club. Fue el ex comisario Palacios quien reconoció haber recomendado a James para que ingresara a trabajar al Gobierno de la Ciudad, algo que se contrapone rotundamente con lo expresado por Macri y Montenegro. Por otra parte, cuando el Jefe de Gobierno fue consultado por el contacto entre James y el Ministerio de Justicia y Seguridad (cerca de 300 llamados, 70 de los cuales fueron al ex jefe de la Policía Metropolitana, Osvaldo Chamorro), dijo que realizó algunas llamadas porque tenía intenciones de entrar a trabajar al Gobierno. La trama del caso es bastante compleja y hay más dudas que certezas en torno al rol de cada protagonista de la historia, pero si hay algo que queda claro es que Mauricio Macri sigue burlándose de todos los ciudadanos o realmente es un insulso, algo que a esta altura parece muy poco factible.

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL MAQUILLAJE DE LA REALIDAD


Desde la ruptura de la armoniosa relación entre el Gobierno de Cristina Fernández y el Grupo Clarín, la actividad periodística y los procesos de comunicación han tomado un rumbo que difícilmente puedan abandonar. Es que desde aquel momento, cuya bisagra fue el conflicto entre el Gobierno y “el campo” a mediados de 2008, la mira del oficialismo estuvo apuntada al tratamiento de la información, sobre todo de aquellos grupos económicos totalmente opuestos a su modelo y doctrina política. Si de todo lo malo siempre puede rescatarse algo bueno, en este caso se podrá mencionar la mirada crítica, con la que gran parte de los argentinos comenzó a ver a los medios de comunicación, que en muchos casos, con el manejo imprudente de la información dejan en evidencia los intereses que persiguen. Sin embargo, no hay que ser tan necio como para pensar que solo los monopolios informativos apelan a una mirada parcial de la realidad y la pintan como más le convenga, aunque el resultado final diste mucho de la realidad.
En el homenaje que se realizó ayer en la Villa 31 por el 36° aniversario del asesinato del Padre Mujica, la Presidenta brindó un discurso ante vecinos del barrio y organizaciones sociales, y analizando sus palabras se puede advertir la visión sesgada de la realidad, conque da cuenta del desarrollo de la Argentina. A modo anecdótico la Presidente contaba: “En el año 1995, cuando era legisladora, pasaba por la villa 31 y era sólo un pequeño conglomerado de cartón y chapa. Viendo las casas de material de ahora, veo el progreso y los millones de puestos de trabajo que hemos creado”. El crecimiento poblacional de la villa 31 no se debe a un boom inmobiliario, mas bien es producto de la desigualdad, la exclusión social y las dificultades que tienen millones de argentinos para acceder a una vivienda digna. Que la población del barrio ronde las 30.000 personas y crezca constantemente debería ser un llamado de atención para aquellos que se jactan de combatir la pobreza e impulsar el desarrollo del país.
No se pueden negar los progresos que ha tenido este Gobierno en muchos aspectos sociales, como la reciente Asignación Universal por hijo, que realmente ha sido un impacto positivo para los castigados bolsillos de muchos compatriotas, sin embargo, es un desatino hablar del desarrollo del país considerando el crecimiento de la villa 31. Parece una ironía de mal gusto, teniendo en cuenta que millones de argentinos se ven obligados a vivir en barrios carenciados, muchas veces sin poder satisfacer sus necesidades básicas. Estadísticamente la Argentina ha experimentado períodos de crecimiento en los últimos años, pero lo cierto es que la brecha entre ricos pobres es cada vez más amplia y los que apostamos a un Gobierno progresista esperamos medidas de fondo que terminen con el flagelo del hambre y la pobreza. Como dijo ayer la Presidente, "hay que ser muy fuerte e inteligente para no dejarse convencer por lo que dicen los diarios o los grandes monopolios concentrados”. Habrá que ser fuertes e inteligentes también para no creer demasiado en los políticos que prometen soluciones mágicas que nunca se cumplen y darse cuenta de que no solo los grandes monopolios informativos disfrazan la realidad.

lunes, 3 de mayo de 2010

LA DEUDA ETERNA

Foto: DyN


A 124 años del inicio de la huelga obrera más importante de la historia de Estados Unidos, que precisamente da origen a la celebración del Día Internacional del Trabajador, el camino recorrido por los trabajadores hasta la actualidad en la lucha por sus derechos no ha sido nada fácil, sobre todo en los países subdesarrollados como Argentina, donde aún quedan muchas cosas por mejorar en materia laboral.


El 1° de Mayo de 1886, comenzó en Chicago (EEUU), una protesta de trabajadores que se extendería por cuatro días, en la que se reclamaba fundamentalmente la reducción de la jornada laboral a ocho horas. La violenta represión policial y el accionar de “rompehuelgas”, generaron verdaderas batallas, que lamentablemente dejaron como saldo varios muertos. Estos épicos acontecimientos sentaron un precedente importante en la lucha obrera de todo el mundo. Si bien en nuestro país, la situación laboral se encuentra muchas veces estrechamente ligada a la coyuntura económica internacional, no son pocos los casos en los que los propios gobiernos han obrado en perjuicio de los trabajadores y las decisiones tomadas han significado un retroceso en las conquistas obreras. La instauración de políticas neoliberales en la década de los ’90 dan cuenta del deterioro de las condiciones laborales sufridas por los argentinos y aún hoy, a más de una década, seguimos sufriendo en muchos aspectos, las consecuencias de tan tremendo impacto para el pueblo.


Este 1° de Mayo, tuvimos en nuestro país dos imágenes contrapuestas, que nos permiten reflexionar sobre la inequidad social, que es uno de los problemas más importantes y más difíciles de resolver por parte del Gobierno. Un primer vistazo nos conduce a Avellaneda, donde el Ministro de Trabajo, Carlos Tomada encabezó un acto por el día del trabajador y destacó entre otras cosas, las políticas de inclusión de este Gobierno: “No se tomó una sola medida de ajuste contra los trabajadores” sostuvo. Además destacó la manera en que se administraron los conflictos laborales en los últimos años: “Jamás se dictó la ilegalidad de una huelga”. Mirando al otro lado del Riachuelo, en el centro porteño, nos encontramos con el contraste de lo que acababa de decir Tomada. Organizaciones sociales, protestaron frente al Ministerio de Desarrollo Social, aduciendo un manejo indebido de los planes de trabajo por parte del Gobierno. La ministra Alicia Kirchner fue blanco de críticas por falta de implementación de dicho programa y malversación de recursos.


La última crisis financiera internacional pasó casi sin sobresaltos para el empleo en Argentina, y es un punto a destacar de la gestión de Cristina Fernández. Sin embargo, el alto índice de desempleo y el consecuente aumento de la pobreza e indigencia, es una deuda que el Gobierno aún no ha saldado con el pueblo.