sábado, 19 de diciembre de 2009

MUESTRA LA HILACHA


Desde que asumió como Jefe de Gobierno, Mauricio Macri ha tenido una serie de actitudes y decisiones que permiten vislumbrar sus ideas, detrás del personaje que pinta la propaganda de su partido. En materia de educación, a la eterna batalla de los maestros por un aumento de sueldo y al recorte presupuestario a las escuelas públicas para el año 2010, se sumó la polémica designación del nuevo ministro de economía.


Luego de la salida de Mariano Nardowski del gobierno en medio del escándalo por espionaje, en el que se vio involucrado directamente por el ingreso del espía Ciro James como empleado del Ministerio de Educación, el Jefe de Gobierno decidió nombrar en su reemplazo al escritor y ex diplomático Abel Posse, quien asumió su cargo hace una semana.

En ésta época, en la que la educación en nuestro país sufre grandes falencias, y la coyuntura social exige que sea prioridad pensando en el futuro, un ministerio tan importante debe estar a cargo de profesionales que cuenten con una vasta experiencia en el área, que tengan conocimientos acerca de programas y contenidos educativos, y por sobre todas las cosas, que tengan en cuenta que la educación es la herramienta más importante para lograr un país más justo y equitativo, donde no existan chicos condenados a la pobreza y la marginalidad.


Abel Posse no sólo reivindica la dictadura militar, sino que su discurso racista y machista nos retrotrae a siglos pasados. Una persona que se supone intelectual, que sostiene por ejemplo, que en Francia los jóvenes magrebíes no tienen el mismo rendimiento intelectual que los franceses, sólo por una cuestión étnica, y que terminan siendo terroristas, sigue la misma línea de pensamiento de aquellos que suponen que no vale la pena trabajar para brindarle educación y oportunidades a los chicos que nacen en una villa porque al fin y al cabo terminarán siendo pibes chorros o asesinos. En este caso, el razonamiento debería darse a la inversa: aquellos que nacen en la pobreza y la marginalidad, con sus necesidades básicas insatisfechas, terminan delinquiendo precisamente por la carencia de educación y oportunidades para tener una vida digna.

No es casualidad que Macri haya elegido a Abel Posse en este caso, como tampoco es casualidad que en su momento haya designado a Jorge Palacios al frente de la Policía Metropolitana, ni que haya dispuesto que un grupo civil realice desalojos violentos a personas en situación de calle. Tanto estas medidas, como el discurso fascista del gobierno ponen de manifiesto el tipo de gestión que propone Macri y es necesario que los ciudadanos conozcan la otra cara de esta moneda que quieren vender como “progresista”.