sábado, 15 de mayo de 2010

LE PINCHARON LA BURBUJA

Menos de dos años y medio le bastaron a Mauricio Macri para demostrar su incapacidad como Jefe de Gobierno, y si algo le faltaba al cúmulo de reproches que viene cosechando desde que asumió su cargo en diciembre de 2007, era que Norberto Oyarbide lo procesara por asociación ilícita en la causa que investiga las escuchas ilegales realizadas por miembros del gobierno porteño. El juez federal dictaminó que Macri fue partícipe del espionaje realizado por Ciro James, un infiltrado que el año pasado había ingresado como empleado del Ministerio de Educación de la ciudad, con la complicidad del ex Jefe de la Policía Metropolitana, Jorge Palacios, y del ex ministro de Educación, Mariano Nardowski, quien también fue procesado por encubrimiento.
Esta causa fue la gota que rebalsó el vaso y dejó en evidencia un gobierno que se ha ganado la tapa de los diarios en varias oportunidades, y no precisamente por llevar a cabo una brillante gestión. Mauricio Macri se encuentra en el podio de los políticos más cuestionados de los últimos tiempos, y aunque él se empeñe en deslindar su responsabilidad ante cada escándalo, acusando al Gobierno Nacional por supuestas operaciones en su contra, lo cierto es que cada problema en el que incurre es producto de su propia ineptitud. La controvertida designación de Palacios al frente de la Policía Metropolitana fue sostenida por Macri, argumentando que se trataba del “mejor policía de los últimos veinte años”. ¿Acaso no sabía que Palacios estaba acusado de encubrimiento en el caso AMIA? No menos polémica fue la elección del fascista Abel Posse como ministro de Educación, quien finalmente fue separado de su cargo ante el cuestionamiento y la presión social. De esta manera podríamos llenar páginas hablando de las bochornosas medidas del Gobierno de la Ciudad en diferentes aspectos, como la implementación de la UCEP, un violento grupo de tareas encargado de desalojar de las calles a indigentes que no tienen donde vivir, o el recorte al presupuesto de la educación pública para aumentar el de las escuelas privadas, etcétera.
Pero volviendo a la película de James Bond, tanto Mauricio Macri, como el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, han desfilado por todos los medios de comunicación declarando su inocencia, pero cada día dan una versión diferente y los argumentos expuestos por ambos son a menudo contradictorios. Más de una vez el Jefe de Gobierno negó conocer a Ciro James, algo realmente llamativo, ya que el espía en cuestión se desempeñaba como policía en Boca Juniors en la época en que él era presidente del Club. Fue el ex comisario Palacios quien reconoció haber recomendado a James para que ingresara a trabajar al Gobierno de la Ciudad, algo que se contrapone rotundamente con lo expresado por Macri y Montenegro. Por otra parte, cuando el Jefe de Gobierno fue consultado por el contacto entre James y el Ministerio de Justicia y Seguridad (cerca de 300 llamados, 70 de los cuales fueron al ex jefe de la Policía Metropolitana, Osvaldo Chamorro), dijo que realizó algunas llamadas porque tenía intenciones de entrar a trabajar al Gobierno. La trama del caso es bastante compleja y hay más dudas que certezas en torno al rol de cada protagonista de la historia, pero si hay algo que queda claro es que Mauricio Macri sigue burlándose de todos los ciudadanos o realmente es un insulso, algo que a esta altura parece muy poco factible.

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